¡Ardan nuestros corazones
Adorando al Salvador!
Y en amor ferviente unidos,
¡Busquen paz en el Señor!
De su cuerpo somos miembros,
De su luz reflejo fiel:
Entre hermanos es Maestro,
Suyos somos, nuestro es El.
¡Renovad el santo pacto,
Y acercaos al Señor,
Prometed a quien os salva
Fe, lealtad y puro amor!
Y si un día vacilara
Vuestra parte en esa unión,
A Jesús clamad, oh fieles,
Por firmeza y por fervor.
Oh Amor, tú has ordenado
Que arda nuestro corazón;
Vivifica nuestras almas,
Líbralas de confusión.
¡Prende tú la llama viva
Del amor que así unirá
A los hijos que ha engendrado
Nuestro Padre celestial!
La unidad de Dios y el Hijo
Sea nuestra unión aquí;
Nadie pueda separado
De esta comunión vivir.
Y seamos en la tierra,
De Jesús el resplandor,
Los testigos ante el mundo
Del eterno Salvador. Amén.
CP72 El Miedo de la Enfermedad ¿Dios nos manda enfermedades? es una franca discusión sobre la enfermedad, y qué tiene Dios sobre permitiendola en nuestras vidas. Examinamos el problema con Job, y cómo Dios usó o permitió Satanás de usar la enfermedad para edificar más fuerte la vida espiritual de Job. El cristiano confía que aun que las cosas salen mal en su vida, Dios quiere su último bien en la eteridad (Romanos 8:28). De nuevo el Rey Ezequías fue sanado por Dios como un milagro, pero ¿Qué fue las condiciones presente en su caso para que fijemos para nuestra vida? Dios ha impuesto sobre nosotros la regla de la muerte porque pecamos. Entonces, aun que Dios sana a alguien o no (según la voluntad divina), pero siempre va a morir en el fin.
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